sábado, 9 de agosto de 2014

LA NADA

Estas semanas me dedique a no hacer nada, a hacer nada.
La productividad se dio en otro estado. Si bien no dejo de cumplir con las minimas resposabilidades a las cuales me he comprometido, el no militar me da demasiado tiempo para pensar en las miserias. Pero a la vez me ha dado paradojicamente la confirmacion de mis convicciones, por lo que siento a este momento como un impass.
Como cuando Gregorio se posa en su crujiente espalda de escarabajo y no puede ponerse de pie. Una transición. y por ella, temporal.
Permitirme la soledad, pensar en las cosas que he sufrido, el desarraigo, el alcoholismo de mi padre, su abandono, mi familia y el desamor. Todos de la mano.
Permitirme el dolor. No para regodearme en él, sino para todo lo contrario. Renacer. Una vez mas.

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